La Galería María Nieves Martín abre oficialmente sus puertas el 23 de abril de 2004, y ante todo se trata de un proyecto –vital, humano y artístico- que nace de la iniciativa privada, de la proactividad; del esfuerzo; de la ilusión y el altruismo de la familia Soler-Martín; del amor por el arte y la cultura; de José Antonio Soler Díaz-Cacho y de María Nieves Martín Castellano. 
 
La celebración en Villafranca de las Jornadas de Vivienda y Casco Histórico, días en los que pasaron por la localidad arquitectos de renombre, fue el escenario en el que José Antonio Soler y María Nieves Martín se reencontraron con Vicente López Bernal y Rafael Amigo, autor de un primer proyecto para este mismo espacio que nunca se ejecutó, y a quien le comentaron la nueva idea que habían madurado para este solar: convertirlo en un espacio para el arte. Rafael Amigo aceptó el reto que Jose Antonio y María Nieves le lanzaron, y se puso a trabajar en el proyecto arquitectónico, dando comienzo las obras en el 2002. 
 
La rehabilitación y la restauración que se realizó del espacio estaba pensada para que éste conciliase su uso y funcionalidad en diferentes planos: como "atelier" de María Nieves Martín -antes de galerista pintora- para la realización de sus trabajos y creaciones artísticas; como muestrario de los hallazgos etnográficos y patrimoniales aparecidos durante la obra de rehabilitación y, por último, la más fundamental, como galería para mostrar arte, como espacio expositivo para artistas plásticos. 
 
Sumergiéndonos ahora en la historia del edificio, nuestra galería es parte de una antigua almazara del siglo XVIII que dejó de funcionar, como tal, a comienzos del siglo XX. Se trata de la única almazara en casco urbano, de la veintena que existían en Villafranca de los Barros. Todavía se puede intuir el funcionamiento de la misma a través de algunos elementos que se conservan: el sistema de molino de cilindros troncocónicos y la prensa de viga romana. 
 
En la arquitectura de nuestro espacio abundan los muros de mampostería, y cuatro grandes arcos de medio punto, construidos con ladrillo, y que actualmente se mantienen. Al fondo de la Galería quedan también restos de aquella almazara, en concreto 12 tinajas para almacenamiento de aceite, enterradas en el suelo, así como una parte de los elementos que conformaban la ya comentada prensa de viga, todos excepto el contrapeso y la chimenea. Además, en la segunda crujía, se puede ver el sistema de evacuación de los residuos generados en el proceso de producción de aceite, y unas construcciones de ladrillo que vertían a una cloaca.

Abierta al público, de forma incondicional y gratuita desde ese 23 de abril de 2004, en este tiempo nos han visitado unas 20.000 personas; han expuesto más de 750 artistas de 29 países, entre exposiciones individuales y colectivas; hemos organizado y participado, en y desde la Galería, en más de 50 exposiciones; hemos recibido más de 100.000 visitas en la web, y en Facebook, uno de nuestros principales altavoces de comunicación, contamos con 5.000 amigos. 
 
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