Cuando nos situamos frente a la obra de María Nieves Martín, nos damos cuenta de que su forma de trabajar, quizás por su perfil pedagógico y docente, se encuentra imbuida por la investigación, por el análisis que, a su vez, bebe de la síntesis y de una creatividad esquemática, fruto de la importancia que le concede a la observación.

En este proceso, la tesis de María Nieves Martin es, desde el análisis, comunicar, trasmitir emociones. Para ello, para ser honesta con algo tan importante e íntimo, desde el principio decidió “aislarse” para trabajar, marcándose un camino sin escuchar a nadie, caminando sola y, sólo, escuchando a sus emociones, y compartiéndolas con el exterior a través del arte.

María Nieves Martín, con su obra, es capaz de sacar pensamientos y expresiones del espectador, y lo más importante, consigue plantear preguntas, poner en duda las convicciones y los convencionalismos. En sus trabajos no hay un antes y un después, lo suyo es una eterna búsqueda, un reinventarse a sí misma. Su método de trabajo -observación y análisis- interacciona con lo que le rodea, con lo que vive, con lo que es.

Y todo pasa, con su pintura, a reciclarse, a transformarse en una necesidad expresiva, buscando siempre su lenguaje y su propio simbolismo. El resultado, como podemos ver en algunas de sus series más importantes, es una obra nada encorsetada, con una empatía social y emocioonal, comprometida con la realidad del momento en que se crea, una obra concebida ad hoc. Buena prueba de ello son Siglo XXI; Entre lo efímero del ser; De lo infinito a lo infinito, de lo concreto a la ensoñación; Vida vivida; El presente del futuro o Unidades microcósmicas elevadas a N.

Pero no sólo le sucede en el fondo, también le ocurre con la forma. Fruto de ello son las diversas incursiones por diferentes técnicas entre las que se encuentran el óleo, la acuarela, la aguada, las lacas o el acrílico. Lo mismo sucede con sus soportes, diversos, ya que para ella todos los materiales son válidos y dignos para transmitir sensaciones.

En la evolución de ese proceso investigador, María Nieves Martín ha llegado a un arte conceptual donde conviven, y se complementan, abstracción y figurativismo, o lo que es lo mismo, la identificación con la materia y el paso a unas figuras que se alejan, que transitan irremediablemente hacia la madurez, cruzando esa puerta inmaterial del tiempo.

En definitiva, su pintura es, sobre todo, arte expresivo. Pero también búsqueda de la creatividad en lo cotidiano, afán de transmitir, necesidad de mostrar sus inquietudes con una obra, además, perfectamente elaborada. Seguridad en sí misma, constancia, investigación e improvisación, lucha en soledad. La obra de María Nieves Martín es pensamiento, reflexión, crítica, reivindicación, respeto, solidaridad o libertad, un refugio para los sentidos, una suerte. Y su inspiración es como un manantial inagotable.

María Nieves Martín
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